¿Por qué hacer un retoque de nariz tras una rinoplastia?
El postoperatorio de una rinoplastia puede generar imperfecciones que requieren de un retoque de nariz.
Como ya hemos visto en artículos anteriores, la rinoplastia es un proceso complejo, que requiere de un médico especialista y las indicaciones adecuadas para completar con éxito el postoperatorio; aun así pueden surgir cambios y en ocasiones se necesita mejorar el resultado. Conoce a continuación, en el blog de Doctor Galindo, clínica especialista en rinoplastia en Madrid, en qué ocasiones se debe realizar un retoque.
Causas por los que hacerse un retoque de nariz tras rinoplastia
A continuación, te dejamos algunas de las circunstancias más comunes que suelen presentarse tras una rinoplastia y que pueden causar la necesidad de realizar un retoque de nariz.
Complicaciones postoperatorias eventuales
Si se observa al pie de la letra el procedimiento de vigilancia y atención durante la etapa de recuperación postoperatoria, no deberían registrarse casos que comprometan la salud del paciente; lo que sugiere un método aséptico y pulcro para la realización las curas, tanto internas como externas. Aunado a ello, la parte de la anatomía nasal suele ser menos complicada que el resto del organismo humano.
Pues bien, podrían originarse, a pesar de ello, intolerancia o dehiscencia de la sutura después de las primeras horas de intervención. Lo que trae como consecuencia, la formación de pequeñas retracciones, asimetrías o cualquier otro tipo de defecto sobre la herida.
Asimismo, se pueden encontrar inflamaciones que tiendan a afectar las líneas de osteotomía, es decir, los cortes que se realizaron en el hueso para reducir el tamaño o el ancho de la nariz, lo cual puede generar un techo nasal abierto.
Para evitar estas complicaciones, es necesario ponerse en manos de un cirujano con amplia experiencia para que la cirugía se lleve a cabo sin ninguna complicación y de acuerdo con los objetivos.
Excesos de tejidos cicatriciales
Bajo la premisa de que cada organismo tiene su propio ritmo de cicatrización, ello dependerá siempre del tipo de piel, la alimentación, los hábitos y adicciones del paciente.
Así, por ejemplo, una persona fumadora habitual y aquellos que presentan una nariz de piel gruesa, elevan su riesgo de producir más cantidad de tejido cicatricial que la deseada. Esto produce como consecuencia que ese tejido, de más que se ha producido, cause una ocultación de los detalles anatómicos elaborados durante el procedimiento quirúrgico, sobre la estructura ósea del paciente, sobre todo, a nivel de los cartílagos de la punta.
Por lo general, estos defectos se corrigen con el uso cuidadoso de corticoides nasales o cintas adhesivas que sirvan para controlar el crecimiento de las fibrosis excesivas. Si no se procede con el tratamiento adecuado e inmediato, se corre el riesgo de que estos desperfectos queden completamente expuestos a la vista. La vigilancia del progreso de cicatrización, debe extenderse, como mínimo, a los primeros 4 meses después de la rinoplastia.
Cicatrización correcta, pero con resultado no satisfactorio
Algunos procedimientos quirúrgicos pueden desarrollar periodos de cicatrizaciones normales, no obstante, algunos desplazamientos de partes específicas de la nariz pueden alterar el resultado esperado.
Sin embargo, un retoque puede lograr algunas mejoras adicionales de manera sencilla y poco complicada, sin implicaciones de riesgo alguno. Se trata de realizar algunas maniobras adicionales para mejorar el resultado, sin que ello signifique una rinoplastia secundaria, sino más bien, unos cuantos cambios menores, muchas veces bajo anestesia local y por ende, no generan postoperatorios como los normales.
Si deseas obtener respuestas exactas y detalladas respecto de este tema, te invitamos a pedir una consulta y evaluación personal con el doctor Javier Galindo, médico especialista en cirugía plástica facial y otorrinolaringología.