Nariz aguileña: causas, operación y resultados

Hay ciertas formas de nariz que, inevitablemente, llaman la atención. Entre ellas, la nariz aguileña es una de las más características y reconocibles. En algunos casos, forma parte del atractivo personal; en otros, puede generar complejos o desajustes con el resto de las facciones de la cara.

Hoy te explicamos qué es exactamente una nariz aguileña, cuáles son sus causas y cómo puede transformarse a través de la cirugía estética.

¿Qué es la nariz aguileña?

La nariz aguileña es aquella que se caracteriza por tener un dorso prominente o con forma de “joroba” en el dorso nasal, que suele provocar un perfil marcado y recto, o incluso ligeramente curvado hacia abajo. A veces, también se asocia a una punta nasal caída.

En realidad, no existe una nariz aguileña buena o mala, pero sí existe la posibilidad de mejorar su integración estética con el resto de tu cara. Y para muchas personas, esto puede suponer un profundo cambio en su confianza personal.

Causas de la nariz aguileña

La forma de la nariz está determinada, en gran medida, por la genética. Por eso, si tienes antecedentes familiares con nariz aguileña, es probable que tú también la hayas heredado. Aunque hay otras causas o factores que pueden influir, como:

  • Desarrollo óseo. Un crecimiento más acentuado del cartílago o del hueso del dorso nasal puede remarcar la forma aguileña de tu nariz con el paso del tiempo.
  • Traumatismos. Un golpe mal curado o una fractura en la infancia puede provocar una desviación o protuberancia que dé lugar a una nariz aguileña.
  • Envejecimiento. Con la edad, algunos tejidos se debilitan y tu punta nasal puede caer un poco, haciendo más evidente el “efecto gancho” característico de la nariz aguileña.

Rinoplastia: Un antes y después para la nariz aguileña

Aunque no siempre supone un problema funcional, muchas personas deciden corregir su nariz sometiéndose a una operación de nariz aguileña por motivos estéticos y de proporción facial.

De hecho, la rinoplastia de nariz aguileña es una de las intervenciones más demandadas en cirugía facial. Su objetivo principal es eliminar o suavizar la giba dorsal y elevar la punta de forma ligera, consiguiendo así una nariz respingona, con un perfil mucho más armónico y natural.

No se trata de cambiar tu cara, sino de lograr que tu nariz encaje con tus rasgos y siempre de forma equilibrada. En la clínica del Doctor Galindo somos especialistas en rinoplastia en Madrid y podemos estudiar tu caso si lo necesitas. Te ofrecemos un servicio de simulación 3D para que puedas ver los resultados incluso antes de decidirte.

Además, si tu nariz aguileña presenta también desviaciones internas que afectan a la respiración (como un tabique nasal desviado), podemos combinar tu rinoplastia con una septoplastia. Así, obtendrás un beneficio completo, tanto visual como funcional.

Postoperatorio y resultados de la operación de nariz aguileña

El postoperatorio de una rinoplastia para nariz aguileña es similar al de cualquier otra cirugía de nariz. En este periodo, es fundamental seguir los cuidados indicados por el cirujano. Los resultados definitivos no se aprecian hasta pasados unos meses, cuando la inflamación ya ha bajado por completo.

Pero ya desde el primer momento, muchos pacientes notan la diferencia entre el antes y después de una nariz aguileña: un perfil más suave, una nariz más proporcionada y un rostro que transmite armonía.

Si estás valorando esta intervención, lo mejor es que vengas a nuestra clínica en Madrid, donde te ofreceremos una valoración personalizada. Estamos en la calle Velázquez, número 73, y también puedes llamarnos al 914 364 868. ¡Te esperamos!

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