No son niños ni adultos: Rinoplastia en adolescentes

La nariz en la adolescencia

La adolescencia es una época de transición entre la niñez y la edad adulta en la que se producen profundos cambios físicos y psicológicos. Suele ser algo más prematura en las niñas que en los niños, pero podemos delimitarla aproximadamente entre los 13 y los 18 años. A estas edades la nariz y la cara están todavía en desarrollo. Todo ello tiene mucha importancia a la hora de plantear la RINOPLASTIA EN ADOLESCENTES.

Rinoplastia en adolescentes antes y después

¿Se realiza la rinoplastia en adolescentes?

Definitivamente SÍ, aunque debemos tener en cuenta las siguientes peculiaridades:

  • Consentimiento informado: Los menores de edad deben ser informados de la cirugía que se va a realizar, los cuidados postoperatorios y los resultados que se pueden obtener. Debemos responder a todas sus dudas y asegurarnos que entienden el procedimiento. No obstante, el documento de consentimiento informado obligatorio por ley lo deben firmar sus padres o tutores legales, que asumen la responsabilidad de la decisión. Por ello, es muy recomendable que los tutores legales no estén en desacuerdo con el adolescente, y mucho menos que le fuercen a realizar la intervención en contra de su voluntad (en muchas ocasiones encontramos que los padres tienen más complejos que los adolescentes, que viven ajenos a su supuesta deformidad).
  • Técnica quirúrgica: los adolescentes toleran grandes resecciones del caballete, ya que una nariz ligeramente respingona se asemeja a del niño y da un aspecto muy juvenil. No obstante, es muy importante discutir con el paciente cuánto vamos a reducir la nariz, ya que el inexorable paso del tiempo puede hacer que la nariz se vea rara años después, con aspecto de operada y excesivamente infantil. Ante las ansias del paciente de eliminar por completo el dorso nasal, el cirujano debe explicar cual es su resultado ideal, ya que cuenta con una perspectiva a largo plazo que no tiene el adolescente.
  • Estabilidad emocional y expectativas del paciente: los adolescentes cambian físicamente, pero también sufren profundos cambios psicológicos que les preparan para la edad adulta. Es importante que el cirujano explore su estabilidad emocional y las motivaciones para operarse, así como las expectativas que tengan, que deben ser realistas. No es infrecuente que deseen la nariz de algún personaje famoso, o que pidan cosas imposibles de conseguir.
  • Problemas funcionales: Las narices feas habitualmente respiran mal. En los adolescentes, además de explorar el tabique nasal, debemos investigar la presencia de vegetaciones adenoideas. De esta manera conseguimos un resultado estético y funcional óptimo.
  • Postoperatorio: la rinoplastia en adolescentes, al igual que en el adulto, se tolera muy bien, siendo un procedimiento indoloro. Durante el postoperatorio es imprescindible que la nariz no sufra golpes y que se haga un cuidado tanto de la piel como del interior de la nariz. Por ello, especialmente en la adolescencia hay tener precaución con los deportes de contacto y de pelota, y enseñar al paciente cómo realizar los cuidados.

Cuándo operar en la adolescencia

No existen reglas estrictas para decidir el momento de la rinoplastia en la adolescencia. Normalmente si el paciente puede esperar es preferible demorar la intervención. Las chicas, como se desarrollan antes, pueden operarse con 15-16 años. Los chicos quizás es mejor esperar a los 16-17 años, aunque este aspecto debe individualizarse. Más importante que la edad es el grado de madurez de la persona.

Conflictos familiares

No es infrecuente que los adolescentes quieran operarse la nariz en contra de la opinión de sus padres, que pueden entender que el defecto es superfluo, que es algo innecesario, que es caro… Lo mejor en estos casos es que el diálogo en casa sea fluido, debiendo evitarse las discusiones abiertas en la consulta médica. El cirujano, no obstante, suele «mediar» para acercar posiciones. A veces recomendaremos al paciente esperar, minimizando el defecto, y en otras trataremos de explicar a los padres la idoneidad del procedimiento, siempre atendiendo a lo que sea mejor para nuestro paciente.

Conclusiones

  • La rinoplastia en adolescentes es segura y gratificante.
  • Los padres o tutores legales deben autorizar la intervención, e idealmente estar de acuerdo con ella.
  • Los cirujanos debemos tener en cuenta el resultado a largo plazo al planear la intervención.
  • Se puede realizar la cirugía alrededor de los 16 años, aunque cada caso es único.

Rinoplastia en adolescentes antes y después

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