Procedimientos seguros, eficaces y personalizados.
Si bien los tratamientos faciales sin cirugía y el cuidado diario de la piel pueden conseguir magníficos resultados en determinadas situaciones, en la mayoría de las ocasiones el mejor método de conseguir un resultado satisfactorio y duradero en el tiempo es realizar una intervención quirúrgica. Es muy importante hablar con tu médico de cuáles son tus deseos y dejarse aconsejar sobre las opciones para hacerlos realidad.
En muchos casos el rejuvenecimiento o mejoría de una zona del rostro se puede conseguir con o sin cirugía, pero algunos problemas, como las orejas prominentes o la nariz excesivamente deformada solo mejorarán si realizamos una intervención quirúrgica.
Te recomiendo que cuando acudas a la consulta con tu cirujano confíes en sus consejos sobre las diferentes opciones y consideres la cirugía como la mejor de ellas en determinadas circunstancias.
La cirugía cosmética facial es segura. Los profesionales que la realizamos conocemos las técnicas quirúrgicas y las ejecutamos con delicadeza para minimizar los riesgos. Las clínicas donde se realiza tienen un reconocido prestigio y ofrecen todas las garantías de seguridad en manejo anestésico y postoperatorio.
Someterse a una intervención quirúrgica supone para el paciente una decisión importante. El resultado ideal es aquel en el que claramente se aprecia un cambio tras la cirugía pero que sin embargo se ve natural y "no operado". Ese es nuestro compromiso: eficacia y naturalidad.
Cada rostro es único. El análisis facial personalizado y detallado así como una comunicación fluida con tu médico son la mejor manera de fijar unos objetivos a tu medida.
Para cada problema existen varias soluciones. Nosotros te explicamos todas para que formes parte de la decisión y tengas el control sobre tus tratamientos.
Consejos para la toma de fotografías Utiliza una habitación con buena iluminación, que evite en lo posible la aparición de sombras. El color del fondo debería ser suave, azul claro o blanco, y liso, sin elementos que distraigan la atención. El gesto debe ser neutro, no sonrías. Evita el zoom de la cámara, pues distorsiona las diferentes partes del rostro.